lunes, 25 de septiembre de 2017

La gran mentira del cine

A veces llega un momento en que... te das cuenta que tienes demasiadas historias sin terminar, que impiden la entrada de nuevos retos.



Este es el caso de "La Gran Mentira del Cine", un cortometraje postergado, cuyo guión no conseguía quitar de la carpeta "mis documentos" por más que lo deseaba y que inicialmente se concibió con el título de: "Ni somos, ni estamos".



La idea nació como un reto creativo que lanzó www.doblerol.com, una Plataforma para la Promoción de Actores y Realizadores, en la que un único actor debe interpretar 2 roles como mínimo, interactuando consigo mismo al menos en un 75% del corto.



En unas circunstancias como las actuales, en que los artistas cada vez deben estar más preparados, saber y conocer al máximo los ámbitos artísticos y audiovisuales, porque nunca saben por donde les puede reconducir la vida o la oportunidad de negocio, escribir un guión que sabes que luego vas a interpretar tú mismo y que deberás resolver solo todos los conflictos que vayan surgiendo, es un ejercicio de adiestramiento interesante por el que todo artista multidisciplinar debería pasar.



Curiosamente, el ser humano sólo se embarca en determinados viajes, cuando ignora por completo todo cuanto le acontecerá al principio de la aventura, después se lamentará durante la trama y por fin, en el desenlace, se vanagloriará contándoselo a sus amigos... De un modo u otro, el "viaje de los Argonautas" estará servido para quien desee visitar estas aguas.


¡¡Ay!!, que fría está el agua, mira como meto tripita. Si lo sé, me quedo en casa...

La idea de grabar un corto por cuenta propia y en solitario, suele ir disociada de la cruda realidad que supone pasar por todas las etapas del proceso creativo, y para ser sinceros, esto supone un coste extra y un esfuerzo elevado para el que hay que prepararse. Semanas en las que los demonios se manifestarán, tanto de día como de noche, en forma de perseverancia, sacrificio y resignación.


¡Estoy harto de vosotros dos!

Supone aceptar que vas a estar encerrado en un cuarto menguante por un tiempo que se hará indefinido, sometiendo el cuerpo al límite de resistencia física e intelectual. Sueño, agotamiento, frustración, ansiedad y tensión aflorarán en todo su esplendor... Afortunadamente también habrá momentos agradables y divertidos durante el proceso. Fue crucial el apoyo de personas que desde facebook me ayudaron a elegir las tomas que más les gustaban bajo el lema: "Nos lo montamos BY THE FACE".




Lo que pasa con esto de editar, masterizar, renderizar, etalonar... es que no lo quiere hacer nadie, porque suele ser una labor bastante tediosa... salvo que te guste de verdad. De mayor siempre quise ser como John Ford, que cuando terminaba de rodar una de sus películas decía: "Ahí les dejo una gran obra, ahora ya pueden destrozarla a su antojo". Acto seguido se marchaba en su yate, "El Aranero" con mujeres, amigos y buenas provisiones de alcohol, para pasar unos días de locura y desenfreno absoluto.



   

"La gran mentira del cine" es más que nada, un ejercicio que pretende provocar desconcierto en el espectador, sacándole premeditada y constantemente del cómodo estado en el que entra cuando se deja llevar por la historia que le va a ser contada. No hay más que leer la advertencia inicial del corto para saber que no va a ser una historia al uso.




Desprovisto de recursos efectistas y con una calidad técnica forzada para generar interferencias, grano y ruido, este trabajo pretende ser una búsqueda del significado del Cine más allá de lo convencional.


   


Se busca que el espectador participe en todo momento y se sienta observado mientras observa: interrupción de la trama para hacer alusión directa a su persona, señalamientos con el dedo a fin de provocarle una constante salida de su abstracción, planos aberrantes que aumentan la sensación de desconcierto, conflictos que le hacen partícipe de lo que en la estancia sucede a cada instante... todo son artimañas, recursos y triquiñuelas para decirle constantemente al espectador: - ¡Eh, despierta!, que esto es una ilusión. Que la historia que te estoy contando es una mentira. Lo único real eres tú ahí sentado viendo esto...


   


La acción transcurre en una pequeña sala teatral en la que supuestamente un director de escena y un payaso ensayan una obra teatral que en realidad es un poema de Manuel Ferrero. Más adelante se sabrá que en realidad son personajes encerrados en una historia circular sempiterna. La magia del cine permitió grabar por plano-contraplano al personaje dramaturgo en la sala LAGRADA de Madrid y al payaso en el Centro Cívico Zona Sur de Valladolid.

   


Mientras realizaba este trabajo audiovisual, descubrí que lo que deseaba transmitir, ya lo habían hecho antes personajes de la talla de David Lynch, Meliés, Segundo de Chomón o Michael Haneke. De hecho, los semióticos lo denominan: METACINE y lo comparan a las cajas matrioskas, pero en realidad es mucho más sencillo. Coloquialmente se conoce como "el cine dentro del cine".




Como Género e incluso Estética audiovisual, me pareció un buen punto de partida, y el resultado podrá verse muy pronto. De momento el corto se encuentra concursando en Cylnema en corto y próximamente viajará a diversos certámenes para desconcertar al mayor número de personas posible. He guardado para el final los agradecimientos como suele hacerse, que son muchos y variados".


   

También quisiera que conozcáis a los colaboradores sin los cuáles no se podría haber grabado el guión.


   

Sirva esta publicación como crónica de otro artista que jamás obtendrá su reconocimiento en vida por méritos propios. Van Gogh no vendió ni un cuadro en vida y tuvo una existencia insustancial... A quién le importa.


A fin de cuentas, ¡TODO ES UNA GRAN MENTIRA!.


   

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